El sábado 23 de octubre, un grupo de admiradores, simpatizantes y amigos de don
Manuel García Ferré se reunieron con él para agasajarlo y celebrar su
cumpleaños N° 81.
García Ferré, Massaroli y Pelusa Suero
Marisa Catania y Claudio Celada, incansables organizadores de estas entrañables reuniones, tuvieron la gentileza de invitarme a participar y allá fui, muy contento de volver a ver al hombre que me dio
mi primer trabajo en el mundo del dibujo, allá por 1973.
No fui solo, sin embargo: desde que salió el libro de
Orquídeo Maidana, tuve la sincera intención de entregarle un ejemplar, simplemente para que
don Manuel tuviera un recuerdo de quien siempre lo recuerda con mucho afecto. Tarde pero seguro, vi que el momento había llegado y me llevé un
Orquídeo bajo el brazo.
Así que tomé coraje y se lo entregué en sus propias manos, sin dejar de recitarle unos versos
(¡lo que pueden unos vasos de tinto!) que le había escrito el año pasado, cuando cumplió 80 años. Hélos aquí:
Principiante entusiasmado,
llegué un día a tu empresa
y tuviste la grandeza
de darme un puesto a tu lado.
Así, me has encaminado,
¡y eso sí que no lo olvido!
Hoy, que el tiempo ha transcurrido,
como ayer te digo, fiel:
¡Muchas gracias, don Manuel
García Ferré querido!
Aclaro que ha sido, y supongo que será, la única vez en la vida que me permití tutearlo, tanto es el
respeto que
García despierta en uno. No me privé de darle
un fuerte abrazo, sin embargo, como el
corazón lo mandaba.
Luego vino un verdadero
show del inefable
Pelusa Suero, donde la emoción y la risa campearon por igual ante sus geniales voces:
Larguirucho, Neurus, Goldsilver, el Boxitracio...¡un lujo haber estado ahí!
Carlos Garaycochea y
Jorge de los Ríos, dos grandes, también se hicieron presentes, desparramando ingenio, simpatía y buen humor.
Los momentos gratos se sucedían sin parar: La entrega a algunos de los presentes de la distinción de la
Orden de la Cucharita, creada por el mismo
García Ferré, la aparición de
hermosos muñequitos de
Larguirucho,
Neurus, el
Patriarca de los Pájaros, etc., la exquisita
torta de cumpleaños hecha por
Marisa con velitas y todo... Muchos
buenos amigos compartieron la mesa, entre ellos,
Luis Ardouin,
Carlos Carella,
Toni Torres, y muchos otros que conocí ahí mismo: coleccionistas, artesanos, blogueros, en fin,
¡gente macanuda!
Ha sido, sin duda, un momento que pasa ya mismo a formar parte de mis más gratos recuerdos, por lo que agradezco de todo corazón a los que lo hicieron posible.
¡Que se repita!