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lunes, 27 de diciembre de 2010

Los 40 pirulos del Estudio Géminis

En un caluroso diciembre como éste, allá por 1970, cuatro jóvenes estudiantes del curso que acababa de finalizar el gran Alberto Breccia en el IDA, emprendieron la aventura de alquilarse una oficina para trabajar y luchar juntos por desarrollarse profesionalmente como historietistas. Dos de ellos se fueron al poco tiempo, pero quedaron Silvestre Frank Szilagyi y Gaspar González, que arrancaron dibujando nada menos que una historieta (Fiebre de verano) para la revista Patoruzito. Luego, la historia siguió... ¡y sigue todavía!.

Primeros tiempos: Frank, Hernán, Gaspar... y el imprescindible mate
  Gaspary Frank en 2010, examinando los originales de aquella primera historieta: "Fiebre de verano"  
En el blog José Massaroli, Historietista desarrollo más extensamente la historia de aquella gesta, única en los anales de la bohemia nacional en un medio más caracterizado por la avidez económica que por el amor al arte (con honrosas excepciones, claro), y que cubrió más de 20 largos años de creatividad, de sueños y también, (¿por qué no reconocerlo?) de mishiadura.

Orquídeo en un boceto de Gaspar
Aquí quiero destacar que todo lo que se publicó de Orquídeo en la revista Caras y Caretas , lo dibujé ahí, en aquel viejo estudio de la calle Pasteur. Si bien fue concebido antes, creo que en mi casa de Villa Ramallo, la primera historieta que apareció en la revista ya la había dibujando sobre algún tablero de Géminis, compartido en aquellos tiempos con Gaspar, Ramón Gil y Alberto Caliva.

Pancho, Gil, Massaroli, Mulko, Merel y Gaspar
A modo de homenaje al estudio donde tantos momentos felies pasamos, ve la luz hoy por primera vez una historieta que Caras y Caretas rechazó por no responder al contenido político que la época (fines de la dictadura militar) reclamaba y que el editor exigía.  Se trata de una incursión de nuestro héroe en el mismísimo Estudio Géminis, donde nos encuentra a socios y visitantes habituales en un día típico (circa 1982). La dibujé con marcadores, experimentando con el color con toda libertad e inconsciencia.

 Aquí se lo ve a Antonio, el pintoresco portero de la Galería Azul, donde se hallaba La Oficina (así llamábamos confianzudamente al estudio), Stella Maris Fusé, Gaspar, Massaroli (en el acto de dibujar esta misma historieta), Caliva, Jorge Gemelli, Pancho Camet, Gil y Sergio Mulko

Vaya, pues, este homenaje a todos los que hicieron del Estudio Géminis un lugar y un espacio inolvidables e irrepetibles, y que a pesar del tiempo transcurrido nos sigue uniendo con lazos de amistad verdaderamente irrompibles, inoxidables...  ¡y macanudos!

 Los "geminianos" Caliva, Massaroli, Szilagyi y Gaspar, despidiendo el 2010 con los amigos Natalio Zirulnik, Alejandro Tempesta y Raúl Barbero

¡Y un esperanzado brindis de fin de año por el regreso (nunca es tarde, che...) de Orquídeo... y de Géminis también!

sábado, 11 de diciembre de 2010

En el Día del Tango, un fuerte abrazo a todos los hermanos tangueros del mundo!

¡Y qué mejor que festejarlo escuchando el poema de Borges en la voz de su autor?:



¿Dónde estarán? pregunta la elegía
de quienes ya no son, como si hubiera
una región en que el Ayer, pudiera
ser el Hoy, el Aún, y el Todavía.

¿Dónde estarán? (repito) el malevaje
que fundó en polvorientos callejones
de tierra o en perdidas poblaciones
la secta del cuchillo y del coraje?

¿Dónde estarán aquellos que pasaron,
dejando a la epopeya un episodio,
una fábula al tiempo, y que sin odio,
lucro o pasión de amor se acuchillaron?

Los busco en su leyenda, en la postrera
brasa que, a modo de una vaga rosa,
guarda algo de esa chusma valerosa
de Los Corrales y de Balvanera.

¿Qué oscuros callejones o qué yermo
del otro mundo habitará la dura
sombra de aquel que era una sombra oscura,
Muraña, ese cuchillo de Palermo?

¿Y ese Iberra fatal (de quien los santos
se apiaden) que en un puente de la vía,
mató a su hermano, el Ñato, que debía
más muertes que él, y así igualo los tantos?

Una mitología de puñales
lentamente se anula en el olvido;
Una canción de gesta se ha perdido
entre sórdidas noticias policiales.

Hay otra brasa, otra candente rosa
de la ceniza que los guarda enteros;
ahí están los soberbios cuchilleros
y el peso de la daga silenciosa.

Aunque la daga hostil o esa otra daga,
el tiempo, los perdieron en el fango,
hoy, más allá del tiempo y de la aciaga
muerte, esos muertos viven en el tango.

En la música están, en el cordaje
de la terca guitarra trabajosa,
que trama en la milonga venturosa
la fiesta y la inocencia del coraje.

Gira en el hueco la amarilla rueda
de caballos y leones, y oigo el eco
de esos tangos de Arolas y de Greco
que yo he visto bailar en la vereda,

en un instante que hoy emerge aislado,
sin antes ni después, contra el olvido,
y que tiene el sabor de lo perdido,
de lo perdido y lo recuperado.

En los acordes hay antiguas cosas:
el otro patio y la entrevista parra.
(Detrás de las paredes recelosas
el Sur guarda un puñal y una guitarra.)

Esa ráfaga, el tango, esa diablura,
los atareados años desafía;
hecho de polvo y tiempo, el hombre dura
menos que la liviana melodía,

que solo es tiempo. El Tango crea un turbio
pasado irreal que de algún modo es cierto,
el recuerdo imposible de haber muerto
peleando, en una esquina del suburbio.


De:  El otro, el mismo


JORGE LUIS BORGES

domingo, 5 de diciembre de 2010

El debut tanguero de Cativa

Todo llega en la vida. Y sobre todo para quienes, como el amigo de siempre Manuel Cativa, están siempre dispuestos a explorar nuevos caminos y emprender renovadas aventuras.

Si algo le faltaba, eso era cantar tangos. Llegó el momento y lo hizo con seguridad y alma tanguera, acompañado por la guitarra de su maestro, Alfredo Sadi, en Séptimo Arte, Flores, el domingo 21 de noviembre.

Allá fuimos, ansiosos por conocer esta nueva faceta de alquien a quien conozco desde los tiempos de IDA y al que veía haciendo de Polonio con Pepe Iglesias en la televisión en blanco y negro sin sospechar que un día sería mi amigo..



Fue una buena ocasión para entregarle un ejemplar de "Orquídeo Maidana, un Guapo del 2000". La cosa tiene su sentido, ya que el amigo Cativa supo inspirar a uno de los personajes de la saga, aquél que aparecía como un fotógrafo que se disfrazaba de guapo para desafiar a Orquídeo
Fue un momento muy feliz y sólo me queda por decir: "¡Vamos, Manuel, el tango es tuyo!"