Orquídeo le debe mucha de su inspiración en la temprana lectura de las aventuras de Langostino que salían en la revista 2 Campeones después de haberse publicado en la revista Patoruzito. Algo de Langostino anda por las peripecias de nuestro guapo; O sea: algo del gran Eduardo Ferro. Gracias para siempre, MAESTRO!
Por eso y por el afecto personal que inspiraba este señor cálido y amistoso como pocos, Orquídeo Maidana estuvo presente cuando El Museo de la Caricatura Severo Vaccaro lo homenajeó, convocando a los dibujantes del mundo para que cada uno reinterpretara una viñeta de su historieta "Langostino" y de otros personajes, cada autor con su propio estilo, pero respetando el guión original de Ferro.
El homenaje se llevó a cabo el 3 de diciembre de 2004 en la Universidad de Palermo, a sala llena, y luego se expuso en el Centro Cultural Recoleta (Marzo 2005), en Córdoba y en Santa Fe.
Poco después, Ferro recibió el Premio Quevedos 2006 (otorgado por el Gobierno de España). En Alcalá de Henares también fueron expuestos estos trabajos, en octubre del 2007.
La página original de Ferro
Dibujaron en la página 1 de Langostino: Felipe Dobal, Guillermo Almeida, Siulnas, Silvio Lamónica, Julio Lagos, Adrián Montini, José Massaroli, Aníbal Freytes, Luis Cedrés, Bianfa, Pablo Fernández, Oscar Grillo, Roger Cou y Carlos Garaycochea
El cuadrito que me tocó en suerte. Tal vez quise meter demasiadas cosas en un solo cuadro: Allí vemos a Langostino conversando con un viejo marino en el que imaginé cómo sería el Corto Maltés a esa edad y viviendo en el Riachuelo. Desde un farol, Orquídeo juna, fuma y espera. Los cuatro líquidos esenciales impregnan el dibujo: el rojo lo pinté con vino tinto, el agua con el verde de la yerba mate, y no faltan el negro de la tinta china ni el blanco de la témpera blanca con la que retoqué de lo lindo.
El cuadrito original, insuperable.
El cuadrito que me tocó en suerte. Tal vez quise meter demasiadas cosas en un solo cuadro: Allí vemos a Langostino conversando con un viejo marino en el que imaginé cómo sería el Corto Maltés a esa edad y viviendo en el Riachuelo. Desde un farol, Orquídeo juna, fuma y espera. Los cuatro líquidos esenciales impregnan el dibujo: el rojo lo pinté con vino tinto, el agua con el verde de la yerba mate, y no faltan el negro de la tinta china ni el blanco de la témpera blanca con la que retoqué de lo lindo.
El cuadrito original, insuperable.
Como todo esto es poco para despedir a este grande, subí una nota en mi blog personal y, aquí va una primicia: En Imborrables, el blog sonde subo las viejas historietas que me acompañaron toda la vida, en abril irá una completa de Langostino, ¡una joya! Porque el mejor homenaje, querido Ferro, es seguir leyéndolo y riendo inevitablemente como la primera vez.
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